martes, 23 de agosto de 2011

Informaciòn de las corrientes libertadoras

2.4 Identificar los temas a explorar para resolver la pregunta inicial

Corriente Libertadora del Sur (Dirigida por San Martin de Porres)
Corriente Libertadora del Norte (Dirigida por Simòn Bolivar)

III.- Analizar la información:
3.1 Elegir la información más adecuada para responder las preguntas secundarias

Resumen de la Corriente Libertadora del Sur

La Independencia de Argentina y Chile
1. Durante el siglo XVIII la Corona española implementó las Reformas Borbónicas que incluyeron la creación del Virreinato del Río de la Plata y la discriminación a los criollos en los empleos públicos.
2. Entre 1806 y 1814, España fue invadida por Napoleón Bonaparte, lo que fue aprovechado por los criollos separatistas de Buenos Aires para derrocar al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y formar una Junta de Gobierno. En 1816, se proclamó la Independencia de Argentina, con el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata.
3. En 1817, el general argentino don José de San Martín y su Ejército de los Andes cruzaron la Cordillera y llegaron a Chile. Derrotaron a los realistas en la batalla de Chacabuco, tuvieron un revés en Cancha Rayada y vencieron definitivamente en la batalla de Maipú (5 de abril de 1818). El nuevo gobierno chileno encabezado por Bernardo de Ohiggins apoyó al general San Martín para organizar su expedición al Perú.


La Independencia del Perú
En setiembre de 1820, desembarcó en Paracas el general don José de San Martín con tropas procedentes de Argentina y Chile. Se instaló provisionalmente en Pisco y envió delegados a la Conferencia de Miraflores, con la esperanza de convencer al virrey Joaquín de Pezuela de colaborar con la Independencia del Perú. Al no conseguirlo, se trasladó a Huaura, más cerca de Lima. Mientras tanto su lugarteniente Álvarez de Arenales venció en la batalla de Cerro de Pasco y el jefe de su escuadra Tomás Cochrane capturó en el Callao el buque “Esmeralda”.

Al comenzar 1821, varias ciudades del norte del Perú se adhirieron a los patriotas y empezaron a desertar algunos batallones realistas. Esto provocó el “Motín de Aznapuquio” (enero de 1821), donde un grupo de generales españoles obligaron a renunciar a Pezuela y nombraron como virrey a José de La Serna, quien decidió negociar con San Martín en la Conferencia de Punchauca (junio de 1821). El resultado fue negativo, por lo que San Martín acercó sus tropas a Lima, donde empeoró la escasez de alimentos por el bloqueo de los patriotas. Entonces La Serna y sus tropas huyeron a la sierra central, para después enrumbar al Cusco. Esto permitió el ingreso pacífico de San Martín a Lima para proclamar la Independencia del Perú. La ceremonia se realizó en la Plaza Mayor, el 28 de julio de 1821.

El Protectorado de Don José de San Martín
Don José de San Martín gobernó el Perú provisionalmente con el título de Protector. Durante un año trato de organizar el nuevo Estado con la intención de implementar una monarquía constitucional. También intentó terminar con la resistencia realista en la sierra sur, pero no contaba con la fuerza militar suficiente. Para obtener la ayuda de Simón Bolívar viajó a Guayaquil, pero el libertador venezolano no aceptó venir mientras San Martín tuviera el poder. En setiembre de 1822, San Martín renunció al gobierno y se retiró del Perú. Con su retorno a la Argentina llegó a su fin la Corriente Libertadora del Sur.

BATALLAS DE LA CORRIENTE LIBERTADORA DEL SUR EN EL PERU

Batallas de la Corriente Libertadora del Sur en el Perú

Aquí tenemos una placa que se exhibe en el Panteón de los Próceres (Centro de Lima), donde se puede leer la campaña militar de la Corriente Libertadota de don José de San Martín en Perú. Entre los hechos que destacan tenemos el Desembarco en Pisco (8 de setiembre de 1820), la batalla de Cerro de Pasco (6 de diciembre de 1820) y la captura del Real Felipe (19 de setiembre de 1821).



TESIS PRINCIPALES
Para la historiografía oficial la independencia es un proceso nacional, es el resultado de una toma de conciencia colectiva. Lo cual demostraría la unidad y uniformidad de la poblaciónEspaña, que se extiende a lo largo del virreynato peruano. Así, queda implícito que todas las regiones del Perú buscaron la ruptura con el régimen colonial. peruana, es decir, el Perú mestizo como el protagonista principal de la lucha emancipadora. Es un proceso nacional, nos dicen los tradicionalistas, porque abarca un período de tiempo en donde se inicia – con la rebelión de Túpac Amaru en 1780-, desarrolla, consolida y consigue nuestra liberación de
Además, la toma de conciencia colectiva lleva a entender que tanto los criollos, mestizos, indígenas, negros y demás castas, hicieron suya la idea común de lograr su independencia. Los grandes desequilibrios sociales dejaron de existir y todos unidos -en la sociedad mestiza- con una sola meta, obtuvieron el triunfo.
La historia no oficial va a refutar aquellas tesis. La independencia fue un proceso pero no nacional. Las diferentes regiones del virreynato no tenían los mismos intereses ni deseaban la separación definitiva. Igualmente, es erróneo hablar de una toma de conciencia colectiva por la mayoría de peruanos así como la formación de un Perú mestizo. Porque no existió una unidad en la sociedad colonial. Ésta fue "altamente estratificada y diferenciada y sus líneas de separación y de oposición fueron trazadas a partir de criterios económicos, racionales, culturales y legales". Es una sociedad heterogénea con un gran abismo social, en donde no es apropiado sustentar la existencia de una sociedad mestiza.
Aquí, podemos darnos cuenta, claramente, la manipulación del pasado a las exigencias del presente. Para la historia oficial no es nada bueno difundir el conocimiento de las grandes fisuras sociales. Lo útil es su ocultación y dar la imagen de una sociedad armónica y cohesionada, cuando en verdad no fue así.
Por otra parte, la historia tradicional se equivoca al afirmar que la emancipación se inicia con la sublevación de Túpac Amaru en 1780. "Esta rebelión, a pesar de lo que corrientemente se afirma, no tuvo vinculación directa con la independencia [....] se produjo cuatro décadas antes y fracasó". Incluso, la rebelión en vez de causar una propagación del descontento popular y la búsqueda de libertades, ocasionó la consolidación del orden colonial.
Debido a que el gobierno virreinal llevó a cabo una represión brutal contra todos aquellos que habían participado en la insurgencia. Los criollos, que en un primer momento apoyaron la lucha del cacique de Tungasuca, pronto le dieron la espalda al ver la peligrosidad que causaba la movilización indígena. El mencionado hecho histórico demuestra, según la historia no oficial, la incesante persistencia en encontrar causas netamente internas en el proceso independentista. El contexto internacional en que estuvo inmersa la corona española es tomado como simples influencias.
Sin embargo, hay que recordarles a los tradicionalistas, que la independencia del Perú y Sudamérica fue posible gracias a la crisis del Estado metropolitano. La invasión francesa a la península en 1808, motivó que el imperio español estuviera más preocupado en lograr su propia liberación, que en dedicarse a resolver los problemas de sus colonias en América. Entonces, si preguntamos por el inicio de la emancipación, el año de 1808 es el establecido.
La interrogante fundamental que debemos hacernos, en nuestras indagaciones, es sobre el significado histórico de la independencia peruana. El 28 de julio de 1821 y los hechos que suceden hasta la capitulación de Ayacucho, marcan el nacimiento del Estado Peruano independiente, la separación definitiva de España. Es, también, "la esperanza en una vida más justa y mejor, en la afirmación de la libertad del hombre [...] es el principio de la conducción del Perú por cabezas y manos nacidas en esta tierra [...] y es igualmente el principio de una promesa". Pero, en palabras de Basadre, "lo tremendo es que aquí esa promesa no ha sido cumplida del todo". En consecuencia, de qué clase de independencia estamos hablando.
Para la historiografía tradicional la emancipación no es solamente una independencia política sino "es el paso de una era que concluye a un mundo que se contempla y se espera mejor". En síntesis, "es un tránsito, un cambio, una transformación" en todo ámbito, pero "dentro de una continuidad de la vida peruana". Por eso afirman que, "la independencia asume, incorpora a sus nuevos ideales e ilusiones al hombre virreinal y a la sociedad creada en ese tiempo". Desde una perspectiva distinta, la historia no oficial sustenta la tesis de una ruptura política mas no económica ni social.
En lo político, la metrópoli española dejó de tener ingerencia en el Perú, los virreyes desaparecieron. El mando del Estado quedó a cargo de los ciudadanos peruanos. No obstante, aclaremos, que fue un grupo reducido quienes se convirtieron en la clase social dominante. De ahí que la independencia se considere eminentemente criolla.
En el aspecto económico, pasamos del dominio colonial español a la supremacía comercial inglesa; subordinados exclusivamente a la nueva potencia del mundo. Socialmente siguió existiendo una sociedad heterogénea con un gran abismo social. Aquello se demostró con la exclusión de los indígenas- como seres inútiles e incapaces que no podían manejar los destinos del país- y el predominio de los criollos. Realidad que pone en evidencia las grandes desigualdades sociales presentes en la época. "La estructura social queda efectivamente intacta", más aún, nos dice Basadre, la condición de las masas populares "empeoró durante la república". Recordemos, por ejemplo, el mantenimiento de la esclavitud y el tributo indígena hasta 1854, año de su abolición, el tardío reconocimiento de la existencia legal de las comunidades indígenas en 1920; y la presencia popular en el sistema electoral en 1980, después de 159 años de lograda nuestra liberación.
En suma, la independencia "no significó en manera alguno la quiebra del ordenamiento económico y social de carácter colonial que continuó vigente hasta el ocaso del siglo XIX".
Si profundizamos un poco más, tendríamos que preguntarnos ¿Quiénes consiguen la ruptura política con España? Para la historia no oficial, fue lograda "por la decidida y eficaz intervención de los ejércitos del sur (San Martín) y del norte (Bolívar)". Se trataría de una independencia traída de fuera y no conseguida por los peruanos. Es decir, "una independencia concedida más que obtenida". En cambio, la historiografía tradicional está convencida que la emancipación "es un proceso que se manifiesta y madura lentamente", resultado de una serie de conspiraciones y rebeliones nacidas en nuestro territorio que sólo para la victoria final necesitó el apoyo de regiones vecinas. Es una independencia peruana y no imposición de extraños.
Todo lo expresado, anteriormente, conduce a indagar el papel de los actores históricos – la clase social dominante y los sectores populares – en el período independentista.
La historiografía no oficial es contundente al afirmar que la clase dominante no deseaba la separación definitiva de España, sólo buscaba reformas dentro del mismo sistema colonial. "La elite prefería la seguridad al cambio y no estaba preparada para poner en peligro su predominio social por amor a la independencia".
El impase político y militar entre 1821 y 1824, constituye una de las pruebas de que los peruanos no habían optado por ser independientes. Al final, "la elite peruana no luchó por la independencia. Se conformó y se acomodó" a las circunstancias del tiempo. Aquí apreciamos el carácter dubitativo de aquella clase social. La historia oficial va a entender aquel suceso, en un primer momento, como algo natural debido al ambiente cambiante de la época. Posteriormente, esa incertidumbre, según los tradicionalistas, terminó y se pasó de una fidelidad inicial a la corona al inevitable reconocimiento de separación.
Ahora, ¿Cuál es el punto de vista de la historia tradicional sobre las clases populares? Al revisar los textos podemos advertir la mayor importancia que se le da a los próceres, ideólogos y personajes ligados a la vida política. El pueblo es nombrado pero no con el verdadero valor que merece. No obstante, las oficialistas creen en la decidida participación del hombre peruano en la lucha por su liberación.
En forma contraria, la historia no oficial, declara que existió una limitada colaboración popular que estuvo presente en ambos bandos en conflicto. Tanto patriotas como realistas utilizaron diversos mecanismos (por la fuerza o el engaño) para conseguir su adhesión. Aun así las grandes mayorías no acudieron en forma masiva, pues, no veían que mejoraría sus condiciones de vida. Era una independencia "hecho por –y para- las capas altas de la sociedad colonial". De ahí ese "gran silencio de las masas populares del Perú" . En opinión personal, discrepo con ambas historiografías que se van al extremo de decir que fue una acción de todos o ausencia casi total. El problema radica en el no conocimiento cabal de la naturaleza de su colaboración. Consecuencia de la falta de investigaciones exhaustivas e integrales.
Finalmente, la idea de Lynch de que "las masas fueron organizadas reclutadas, manipuladas, pero no fueron politizadas ni incluidas en la nación", me lleva a recordar la tesis de Jean Chesneaux en donde "los excluidos del proceso de decisión política son por ello mismo excluidos de la historia". En el Perú aquel argumento encaja perfectamente. La historia del país es la historia de los de arriba, es historia de los que tienen el poder político. Es historia construida con el objetivo de ocultar la verdadera realidad peruana; plagada de constantes exclusiones y marginaciones de las clases populares. Historia envolvente que busca la justificación del orden social existente.
Hasta el momento, mi intención no ha sido repensar la independencia para caer en un pesimismo del cual no podamos levantarnos. Por el contrario, este ensayo quiere aportar y animar la realización de inmediatas investigaciones. En ese sentido presentamos a continuación una propuesta de trabajo

3.2 Responder las preguntas secundarias

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